La tarde avanza lento, aqui o en Ruanda. Veo a todos sentados en orden sobre sus vidas atragantadas en el esófago del sistema. Yo intento levantar el brazo, jugar a ser diferente. El recuerdo, esa marisma nebulosa aún no desaparece, pero sé que agoniza, lento, aferrándose a mi corteza. Recuerdos ruandeses: lejanos, trasmutados.
martes, 12 de febrero de 2008
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1 comentario:
no sabia que tomabas fotos tocayo.. tengo unas de blessing lies que tome el domingo.
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