"Descubrí que ser músico no era solo tocar un instrumento, sino usar este instrumento para denunciar". Carlos Falconi dijo la verdad dura, sin tapujos ni aspavientos, durante una sesión fotográfica que se convirtió en cátedra de la experiencia, la mirada y la vida.
La música no sonaba entre las cuatro paredes donde fotografiaba, pero se escuchaba retumbando firme en mi pecho. Los relatos de Falconi sobre su infancia y una trayectoria que tuvo todo lo que uno nunca espera (ni desea) vivir, moldearon al hombre que hoy denuncia y de tal forma, que impregnó en mi memoria la imagen, ya no de un músico, sino de un luchador.
Para usted, maestro. Gracias por la lección.
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